Tener cáncer no significa dejar de ser activo sexualmente, si bien es cierto que los tratamientos pueden interferir con algunas de las fases de la sexualidad humana, no todas las personas afectadas por cáncer se ven afectadas.
Cuando un tratamiento compromete tu actividad sexual lo primero que debe hacerse es tratarlo con naturalidad, consultar a tu médico o especialista y buscar soluciones.
En terapia psicológica abordo la sexualidad como parte de la esfera de la persona, trabajo la psico-educación y desmonto falsas creencias que pueden surgir en relación a ella.
Abordo los cambios físicos y las repercusiones que tienen en la autoimagen, la sexualidad o los intercambios de pareja.
Promuevo la comunicación con uno mismo y con la pareja, cuando nos comunicamos y expresamos lo que sentimos se pueden buscar estrategias para solucionarlo.
La sexualidad es mucho más que el coito, la sexualidad es amplia y por ello son muchas las prácticas que pueden realizarse de manera adaptada a la condición de la persona.
Si tus encuentros te producen ansiedad, dolor o miedo no renuncies a tu sexualidad, tanto el equipo médico como tu psicólogo abordaran tu problema para encontrar soluciones adaptadas a tus características y mejorar así tu calidad de vida a lo largo del proceso.